SINCRONICEN
SUS GANAS
Un desfase en la libido no solo genera problemas bajo las sábanas: cerca de un tercio de las parejas participantes en una reciente investigación lo mencionaron como razón suficiente para terminar la relación. Y algunos expertos lo citan como el principal motivo por el que las parejas buscan terapia. Descubre qué podría estar causando la desconexión entre tú y tu hombre, y formas sencillas de volver al buen camino. Por Jamie Hergenrader
Los hombres subestiman mucho el apetito sexual de sus parejas, de acuerdo con un estudio reciente publicado en el diario Personality and Social Psychology. Este también mostró que, cuando ellos piensan que su pareja no tiene ganas de sexo, no intentan iniciar un encuentro. Pero qué creen: ¡Las mujeres queremos sexo! Es solamente que no siempre nos sentimos tan libres de expresarlo, y los muchachos no tienen cómo adivinarlo.
TEMAS AFINES, CHECALOS:
SINCRONÍCENSE: Tienes que decirle a tu hombre directamente que deseas acción. ¿Te sientes rara? Hazlo en un momento en el que tenga más sentido, por ejemplo, mientras ven una película. “El lenguaje que usamos para hablar sobre sexo puede ser sensual por sí mismo”, dice Ian Kerner, psicoterapeuta y consejero sexual. Dilo como si le estuvieras contando una de tus fantasías. (“Amo el mañanero. Sería delicioso que lo hiciéramos más seguido”). “Si aún así no ves cambios, ataca el lado emocional”, señala Megan Fleming, experta en sexo y relaciones. Explícale lo que significa para ti (que te sientes más cercana a él, p. ej.), de forma que sepa que el sexo es importante para ti y el vínculo entre ambos.
“Las libidos más altas de los hombres están conectadas a su mayor nivel de testosterona y a su predisposición social (se les enseña a buscar más sexo)”, dice Fleming. Además, es fisiológicamente más sencillo para ellos excitarse de forma espontánea. Todo lo que necesitan son señales simples, como verte salir de la regadera, y ¡boom!
SINCRONÍCENSE: No tienes que satisfacer cada erección, pero tampoco ignorarlo del todo. Las frases de rechazo como: “Es que siempre estás súper caliente”, se acumularán con el tiempo. “El miembro de la pareja con mayor deseo puede sentirse lastimado, mientras que el miembro con menor deseo se sentirá presionado”, explica Kerner. La solución: Compromete qué tan seguido quieres hacerlo, y agéndalo. Él sabrá que valoras el sexo entre ambos, y ver el recordatorio de los miércoles a las ocho en tu calendario te pondrá en un estado de ánimo sexy que te preparará para la acción.
Un bloqueo mental o físico puede alejarte de tus orgasmos. En lo físico, muchas mujeres no pueden alcanzar el orgasmo solo a través del coito (¡más estimulación del clítoris, por favor!). Mentalmente, el asunto tiene dos vertientes: Necesitas estar lo suficientemente enfocada en el sexo (y no en las fechas de entrega de la oficina, p. ej.), pero no tanto que se vuelva una obsesión.
SINCRONÍCENSE: Relájate. Vuelve al momento presente. Pon atención en cómo está besando tu cuello o acariciando la parte interna del muslo, en vez de estar pensando en cuándo llegarás al orgasmo. “Nuestra cultura está muy enfocada en resultados, pero el sexo en realidad se trata de dar y recibir placer”, apunta Fleming. En cuanto a la acción clitoral, pídele a tu hombre que vaya hacia abajo, y muéstrale cómo te gusta ser tocada, ya sea que lo hagas guiando sus manos con las tuyas o usando claves verbales (“me matas cuando comienzas a ir despacio y después rápido”). O toma el asunto en tus propias manos, literalmente o con ayuda de un vibrador.
Contrario a la creencia popular, no todos los hombres pueden venirse cada vez que tienen sexo. “Su habilidad para llegar al orgasmo puede cambiar a lo largo del tiempo, especialmente en relaciones a largo plazo”, dice Kerner. La novedad sexual es clave para que algunos hombres se exciten y se mantengan así, por lo que si el sexo se ha vuelto rutinario (los mismos lugares, posturas y horarios), puede que sea más complicado para él llegar al orgasmo. O si lo que haces no tiene nada que ver con su estilo de masturbación (digamos que a él le gusta hacerlo muy duro y rudo, pero tú eres muy suave y sensual), puede estar acostumbrado a la forma en que lo hace a solas.
SINCRONÍCENSE: Agenda dos o tres sesiones de 20 minutos por semana para vivir nuevas experiencias juntos, ya sea que lean relatos eróticos, prueben nuevas posturas, o vean porno. “Incluso si no llegan a tener sexo, llevar estos elementos al dormitorio puede ayudar a tu hombre a salir de ese bloqueo y devolverle sus orgasmos”, dice Kerner. Si aún así no lo consigue, debería hablar con su mé- dico para descartar problemas fisiológicos (como baja testosterona o disfunción eréctil).
Si tu apetito sexual se ve un poco afectado luego de tomar pastillas anticonceptivas (cuatro a seis semanas después de haber comenzado), ahí puede radicar el problema. “Estas píldoras suelen reducir tus niveles de testosterona y, para algunas mujeres, eso se traduce en una disminución del deseo sexual”, señala Michael Krychman, ginecólogo y experto en salud sexual femenina.
SINCRONÍCENSE: Habla con tu ginecólogo sobre el descenso en la libido. Él podría sugerir un dispositivo intrauterino o un tipo distinto de pastilla con menos impacto sobre tus hormonas o, en algunos casos, puede que te sugiera un suplemento de testosterona para contrarrestar los efectos de la píldora que tomas actualmente. Pero un cambio en la receta médica no es la única solución para elevar tu deseo. “Incluso si las ganas son pocas por culpa de los medicamentos, puedes construir intimidad de otras formas”, dice Fleming. Mandar mensajes de texto sexy a lo largo del día, dedicarle más tiempo a los preliminares o acariciar otras zonas erógenas, como la parte trasera de las orejas o la cara interna de los muslos, te ayudarán a elevar tu libido. Muchos de los antidepresivos
comúnmente prescritos, como el Prozac, Zoloft o Luvox, están dentro de la clase de drogas conocidas como inhibidoras del retorno de serotonina, lo que tal vez afecte las hormonas masculinas (y femeninas) y altere el deseo sexual. “Puede que él esté teniendo problemas para sostener su erección, o las medicinas estén bloqueando o retardando su orgasmo”, agrega Krychman.
SINCRONÍCENSE: Los efectos secundarios sexuales de estos fármacos pueden aparecer de inmediato para algunos hombres, pero generalmente los sentirá durante los 90 días después de haber comenzado a consumirlos. Experimenten cambiando la hora en que tienen sexo. Intentarlo justo antes de que él tome su píldora diaria (y sus químicos lo afecten) quizás elevará sus posibilidades de tener erecciones. Si esto interfiere gravemente, su médico puede ayudarlo cambiando la dosis o incluso el medicamento, o añadiendo un inhibidor de la PDE5 (medicamentos como Viagra, Levitra o Cialis) para contrarrestar los efectos depresores de la libido.
Así que tienes más responsabilidades y menos tiempo. Mientras que este tipo de éxitos merecen ser celebrados, también te obligan a revisar tus prioridades. Como cuidadoras, las mujeres hacemos malabares con muchas cosas para nosotras mismas y para otros, y cuando tenemos una larga lista de pendientes, el sexo puede caer en último lugar (eso si llega a colarse a la lista).
SINCRONÍCENSE: Ponte tu propia máscara de oxígeno antes de la de tu acompañante. En otras palabras, antes de siquiera pensar en sexo, haz lo necesario para relajarte. Lee un buen libro. Toma un baño. Conduce por una ruta escénica. Y además de cuidar de ti, pide ayuda a tu hombre. Si generalmente dividen de forma equitativa el cuidado de los niños, pídele que tome algunas de tus responsabilidades hasta que te estabilices en tu nuevo puesto. Y finalmente, crea un sitio relajante al que puedas volver después de trabajar. “Es muy probable que siempre tengan alguna cantidad de estrés en sus vidas, así que necesitarán construir un entorno que les permita sentirse sexuales”, apunta Kerner. Elimina del dormitorio todo lo que te recuerde pendientes de trabajo, los dispositivos digitales, o las fotos de tus hijos observándote desde el buró, llena ese espacio con velas aromáticas, música y novelas eróticas.
El desempeño sexual y la autoestima de los hombres están fuertemente vinculados. “Nuestra sociedad les enseña a los hombres a buscar siempre tener el mayor desempeño”, explica Fleming. “Su habilidad de rendir bien en su trabajo y en la cama están íntimamente relacionados con su identidad”. Y el fracaso (al menos según sus estándares) puede amplificarse si ellos son proveedores únicos del hogar. No tendrán tantos pensamientos sexuales, y sus niveles de cortisol, hormona del estrés, estarán más altos, lo que tal vez provoque que los vasos sanguíneos se contraigan y dificulten alcanzar una erección normalmente.
SINCRONÍCENSE: “La base de la excitación es la relajación”, dice Fleming, encuentren formas de liberar esa tensión como bailar, tomar una clase de yoga o salir a correr juntos. Y en el cuarto, mantengan la intimidad sin expectativas de sexo, lo que le evitará sentirse presionado por su rendimiento. “Dale un sensual masaje o solo un largo abrazo (por al menos 20 segundos)”, sugiere Fleming, esa forma de contacto físico puede liberar oxitocina, hormona que incrementará el vínculo entre ambos.
CÓMO DIFERENCIAR UN PERIODO DE MENOS SEXO DE UN VERDADERO PROBLEMA En ambos casos hace ya un buen rato desde la última vez que hubo acción, pero hay una distincion clara. Un periodo de menos sexo sucede cuando estás ocupada y no has tenido el tiempo o la energía suficiente, pero tú y tu hombre siguen pensando y hablando sobre el tema, el afecto se mantiene, y no hay resentimientos por la falta de acción en el cuarto. (Si tienen sexo siete veces al año y ambos están felices con eso, ¡no hay problema!) Se vuelve una dificultad cuando se sienten infelices en una relación falta de sexo, una donde no recuerdan cuándo fue la última vez que lo hicieron, sienten tensión o tristeza y podrían terminar pensando que tienen el derecho de buscar atención en algún otro sitio (léase: infidelidad). Consulta a un terapeuta sexual si esto te suena familiar.
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